Un año más es posible que hayas llegado a tu fecha límite impuesta a ti misma sin haber cumplido con las expectativas físicas que te propusiste. Ponerse una dieta imposible de prolongar a largo plazo, exigirse demasiado físicamente o establecer metas poco realistas son las razones más comunes por las que muchas personas abandonan su propósito de llevar una vida más sana. A diferencia de lo que algunos puedan pensar, hacer dieta no es complicado, y más cuando se quiere prolongar en el tiempo, pero si se hace bien.
El mayor obstáculo al que se enfrenta una persona cuando busca empezar una dieta es desconocer cuál es la mejor forma de lograr el objetivo que quiere. De esta forma, desconocer los procesos y necesidades de cada cuerpo hace que uno se frustre si no consigue lo que espera y, en el peor de los casos, esto puede desembocar en problemas más serios como trastornos con la comida, problemas de ansiedad, de autoestima, etc. Antes de empezar una dieta pautada y controlada o simplemente antes de cambiar radicalmente tu tipo de alimentación, has de tener la mente preparada para los obstáculos con los que te vas a encontrar. A continuación te damos una serie de consejos para lograr encontrar un equilibrio con el que superar las diferentes trabas que puedas encontrar y seguir adelante con tu propósito.
Antes de nada, asesórate
Este primer paso es muy importante para saber a lo que tu cuerpo ha de enfrentarse si decides modificar tu alimentación para hacer dieta. Cualquier cambio significativo en tu alimentación ha de estar respaldado por un experto en la materia, como un endocrino o un nutricionista, y solo este podrá darte las indicaciones ideales para que tu estado de salud y tus objetivos no se vean comprometidos. En una dieta, y sobre todo en aquellas cuyo propósito es el de perder peso, la restricción de cantidades y alimentos se sale de la rutina habitual así que para que el proceso sea fácil de llevar y no deje secuelas en la salud, acude siempre a un profesional.
Evita imitar dietas de famosas o cualquier otro régimen que encuentres por internet. Las necesidades nutricionales y energéticas pueden variar mucho de una persona a otra así que no empieces ninguna dieta estándar que hayas encontrado navegando por la red. Sin embargo, si lo que quieres es asesorarte y aprender sobre nutrición, investiga que sean portales y plataformas escritas por profesionales del tema y cuyos artículos estén respaldados por estudios científicos reales.
Aprende a ser paciente
Otro de los motivos por el que muchas personas abandonan una dieta es porque no logran alcanzar un objetivo en poco tiempo. Tener este pensamiento es también por culpa de la desinformación así que es trabajo tuyo enterarte de cómo funciona el cuerpo humano, cómo influye cada alimento en él y cómo es el proceso de la ingesta y quema de calorías. Por ejemplo, si tu objetivo es adelgazar 30 kg en un mes, es más que probable que acabes frustrándote y abandonando la dieta porque no ves un resultado inmediato.
Hacer dieta, sea para ganar salud como para verte bien físicamente, es una carrera de fondo y para conseguir los objetivos deseados, siempre tendrán que transcurrir varios meses hasta que los logres. Sé paciente y no pretendas hacer todo el trabajo en poco tiempo, pues en caso de que lo consiguieras, sería a costa de tu salud.
Permítete fallar
Hay un dicho que dice que errar es de humanos, y esta frase es importante que la tengas en mente para todas aquellas veces en las que te saltes la dieta y te invada el famoso sentimiento de culpa. Cuando una persona ha pasado la mayor parte de su vida llevando una vida sedentaria y alimentándose mal, es normal que le cueste acostumbrarse ante un cambio de rutina. Tanto si decides empezar una dieta de un día para otro como si prefieres adaptarte poco a poco al cambio, es normal que de vez en cuando te apetezca comer una hamburguesa con su ración de patatas fritas, unas palomitas en el cine o tomar un par de copas con tus amigos.
La mejor dieta es aquella que no prohíbe alimentos y que le permite a la persona darse un capricho de vez en cuando. Quítate de la cabeza el concepto de fracaso si un día no sigues la dieta y te apetece saltártela o si piensas que, por saltártela, ya no merece la pena seguir con ella. Como en muchas otras cosas, ningún extremo es bueno así que come conscientemente, escucha a tu cuerpo y no te castigues a ti mismo porque flaquees en ocasiones muy puntuales.
Busca motivación y apoyo
La motivación es importante cuando uno se establece metas y propósitos. Teniendo esto en cuenta, si tu deseo es empezar a cuidar tu alimentación, busca motivaciones para que te ayuden a que el proceso sea más llevadero. Por ejemplo, puedes empezar una dieta, aunque no la misma, con otra persona y así podéis apoyaros mutuamente en los momentos de flaqueza. Además, siempre será más fácil estar en contacto directo con alguien en tu misma situación y no con otra persona que te esté tentando constantemente con malos alimentos.
Si sucediera el caso de que no hubiera nadie cercano a ti que quisiera empezar o estuviera en medio de una dieta, siempre puedes encontrar la motivación por ti mismo. Si tu propósito es verte bien delante del espejo, tómate fotos, imprímelas y pégalas en alguna parte visible para tener tu meta siempre en mente. También puedes hacerte una playlist en el móvil o en tu reproductor de música con canciones que te motiven, te pongan de buen humor y te animen a mantenerte activa.
Otra de las cosas que también pueden ayudarte es llevar un diario de lo que comes y de tus sensaciones a lo largo de cada día. Este último método es bastante útil para identificar de qué alimentos abusas, cuáles no consumes tanto o qué aspectos de ti misma has de mejorar para que tu rutina alimenticia sea sana y completa.